La Secretaría de Educación Pública (SEP) lanzó su convocatoria para que estudiantes puedan inscribirse a los cursos en línea de inglés.
Se trata del programa SEPA Inglés Online 2021, dirigido a estudiantes, docentes y personal administrativo de la Universidad Abierta y a Distancia de México (UnADM).
Al respecto habló la rectora de la UnADM, Lilian Kravzov Appel, quien señala la importancia de aprender otro idioma, así como de las lenguas indígenas.
«Me sumo a la importancia de la segunda lengua. Entre los beneficios que señala la neurociencia está el retrasar el deterioro cognitivo, ejercitar áreas cerebrales destinadas a la memoria y el lenguaje, promoviendo así la plasticidad cerebral», señala Kravzov.
Esta convocatoria de la SEP tiene una duración de 16 semanas y las inscripciones estarán abiertas hasta el próximo 17 de agosto.
Requisitos para ingresar a los cursos de ingles en línea de la SEP
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Tener una cuenta activa de correo institucional UnADM
Realizar examen de ubicación
Contar con equipo de cómputo y conexión a internet
¿Cómo registrarse a los cursos?
Realiza el examen de ubicación en línea – Este será importante para determinar el nivel del idioma que se tiene actualmente. Dependiendo el resultado, obtendrás un enlace para realizar el pago correspondiente.
Realiza tu pago – Una vez pagado, llegará un correo de confirmación
Para mayor información, puedes comunicarte al correo electrónico [email protected]
El inglés sigue siendo indispensable y básico para tener una vida laboral y académica más completa. Sin embargo es cierto que un curso para aprender todos los aspectos del idioma puede ser muy caro. Es por ello por lo que hoy te compartimos un curso gratis de inglés que provee el gobierno de Estados Unidos.
A través de USA Learns podrás no sólo aprender las habilidades básicas del idioma sino prepararte para obtener la ciudadanía estadounidense con un curso especial. Ahí podrás conocer las preguntas más comunes que se hacen durante una entrevista así como las que te realizarán en la aplicación N-400 para la naturalización.
Foto: @usa_learns
Para registrarte lo único que necesitas es entrar en este link y apuntar tu nombre completo, correo electrónico y crear una contraseña.
Ahí encontrarás cursos especiales para que desarrolles tus habilidades orales, en escritura, en vocabulario, en pronunciación, en lectura, gramática y comprensión auditiva. Además, los cursos van por niveles de acuerdo con tus conocimientos previos del inglés, ya sea principiante, intermedio o avanzado.
Foto: Unsplash.
Para este propósito hay lecciones en video y más de mil actividades que puedes realizar a tu ritmo y conforme vayas aprendiendo.
Este curso gratis de inglés se complementa con el sitio sahre.america.gov, en donde podrás encontrar artículos especializados o bien simulaciones de conversaciones que se pueden tener en situaciones cotidianas o en fechas conmemorativas, como la Noche de Brujas o Navidad.
De esta forma te estarás familiarizando con la vida diaria, con conversaciones que se pueden tener a un nivel mucho menos formal. Ahora que si quieres algo mucho más específico, acaban de abrir un curso de inglés para quienes trabajan en el área de enfermería
Cuando recibió el mensaje, la joven uruguaya Milagros Costabel no podía creerlo. Había sido seleccionada para cursar cuatro años en la prestigiosa universidad estadounidense, que le ofrecía una beca completa.
Para Milagros, quien quedó ciega poco después de nacer y aprendió inglés sola, se trata de un sueño que parecía inalcanzable y detrás del cual hay años de amor, abnegación y aprendizajes, de ella y de su familia.
BBC Mundo invitó a Milagros, de 19 años, a relatar su propia historia.
Nunca pensé quedar en Harvard.
Hace un año estaba sentada en mi cama llorando junto a mi madre porque me daba cuenta de que mis sueños de estudiar en el extranjero no se iban a hacer realidad.
Hoy espero con ilusión la llegada de agosto, cuando viajaré a Estados Unidos para comenzar mis estudios.
Nací una tarde de abril casi cuatro meses antes de lo esperado en Colonia del Sacramento, una pequeña ciudad uruguaya. Pesaba 740 gramos, y mi cuerpo -que aún no estaba desarrollado- cabía en una mano.
Mi situación era tan precaria que los médicos informaron a mis padres que yo no sobreviviría y que, si lo hacía, probablemente tendría secuelas muy graves.
"Si sobrevive va a ser un milagro", dijeron. Y como yo aún no tenía nombre, ese fue el que mis padres decidieron ponerme. Milagros.
Aquel mismo día fui llevada de urgencias a la capital uruguaya para recibir el tratamiento que salvaría mi vida.
Mi padre, que estaba en la ambulancia conmigo, siempre recuerda la cara de los doctores y la realidad de esos momentos en los que todo parecía salir mal.
Mi madre, que se recuperaba del parto, se unió a él unos días después junto a mi hermana Chloe y me visitó todos los días.
Pasé tres meses en cuidados intensivos, en el delicado borde entre la vida y la muerte. Al final, la dedicación de los doctores tuvo frutos.
No hizo falta mucho tiempo para que descubriesen que había algo conmigo que no estaba del todo bien.
Meses después de mi llegada a casa, mis padres recibieron la llamada en la que los citaban en persona para darles la noticia: yo era totalmente ciega y no había nada que pudiesen hacer para revertir la situación.
El oxígeno responsable de salvar mi vida fue el que, tras quemar mis retinas, me dejó sin la posibilidad de ver.
Esto no detuvo a mis padres en su lucha para que yo fuese una persona independiente.
Mi madre aprendió braille -el sistema de lectoescritura que utilizamos las personas ciegas- y ninguna tarea de la casa era demasiado difícil como para que no intentase enseñarme. Y mi hermana...
Si ella estaba a mi lado yo me sentía libre, y no había nada que no pudiese hacer.
Ella veía y ante sus ojos éramos iguales. Corríamos hasta que los pies no nos daban más y nos parábamos en las hamacas, haciendo equilibrio, como si el espacio entre la hamaca y el suelo no existiese.
Nos sentábamos a tomar mate en las mañanas, en una casita de madera, y -junto a nuestras amigas- hacíamos todo lo que se espera de unas niñas de 3, 4 años.
Nunca me imaginé que tendría que vivir el resto de mi vida sin ella.
Cuando yo tenía casi 6 años, Chloe falleció a causa de un cáncer cerebral que nos tomó por sorpresa a todos. Nos tocó estar lejos; ella estaba en Argentina por el tratamiento y yo solo podía viajar allí de vez en cuando.
Aunque tengo recuerdos difíciles, y es imposible no reconocerlo, hoy la recuerdo con alegría. Fue ella, con sus juegos y sus risas, la que me demostró qué tan lejos podía llegar. Y es en ella en quien pienso cuando las cosas se vuelven difíciles y parece que solo la fuerza que me transmitió puede hacerme ir por más.
Mi madre siempre dice que siguió adelante por mí, "¿quién te va a enseñar las cosas si yo no estoy?" decía. Y así fue.
A los 7 años yo tendía la cama; si hay algo que caracteriza a las enseñanzas de mi madre es que rozaban la perfección.
Recuerdo las mañanas tendiendo y destendiendo la cama con el único afán de que las mantas quedasen derechas, sin ninguna arruga, y las veces que doblaba los repasadores con la única intención de que todos quedasen perfectos, borde con borde, todos mirando para el mismo lado.
Su dedicación no se limitaba a esas enseñanzas. Todos los días durante mis 6 años de escuela primaria yo escribía con una máquina braille -un aparato grande, pesado, semejante a una máquina de escribir tradicional- que me había regalado una amiga de la familia en un momento en el que eran imposibles de conseguir en mi país.
Todavía recuerdo su caja y la impresión de tener que usar un aparato tan grande con mis manos de niña.
Yo escribía en braille y cada día llevaba a casa un promedio de 10 hojas. Todas las noches mi madre las transcribía a tinta para que las maestras pudiesen corregirme los deberes.
Mientras tanto mi padre trabajaba y mi madre también vendía postres y galletas a restaurantes y eventos. Sin ellos, no estaría contando hoy esta historia.
En el colegio, si bien disfrutaba de aprender, no encontré un espacio en el que me sintiera del todo bien.
Esos años no estuvieron exentos de bullying- era un blanco fácil por mi discapacidad- y se me hacía muy difícil encontrar mi lugar en una clase de 10 personas en la que la mayor parte de los chicos solo estaban enfocados en sí mismos.
Pero poco a poco todo fue encajando en su lugar.
Cuando nació mi hermano, Luciano, que ahora tiene 9 años, fue uno de los momentos más felices de mi vida. Y los momentos felices no dejaron de llegar.
En el liceo me hice un grupo de amigos enorme con los que podía salir y ser yo misma, y sentí, por primera vez, que pertenecía en un lugar.
La máquina braille fue relegada a un lado por mi computadora, que tiene un programa que lee todo lo que hay en la pantalla y con el que puedo hacer todo lo que una persona que ve haría con sus ojos.
Los profesores me enviaban los trabajos por correo, y en lugar de pedirle a mi madre que los transcribiera, yo podía abrirlos, leerlos, y completarlos de forma autónoma.
Me sé el teclado de memoria y escribo muy rápido, así que usaba esa habilidad para tomar apuntes al mismo tiempo que los profesores hablaban.
Y la voz del lector, que también habla rápido, me permitía leer cosas a una velocidad que, muchas veces, mis propios compañeros no podían alcanzar.
En esos años cargados de retos y experiencias, aprendí a superarme a mí misma, a entender mis límites y a abogar por aquellas cosas en las que realmente creía pero que la educación uruguaya aún no suele tomar en cuenta.
En mi país la inclusión educativa aún es una materia pendiente, entre otras cosas porque los profesores no reciben entrenamiento sobre cómo enseñar (e incluir) a personas con discapacidad.
Pero también me topé con algunos docentes increíbles, que sin lineamiento alguno y haciendo lo que sentían era correcto, se aseguraron de que tuviese la mejor enseñanza posible.
Gerardo Menéndez, mi profesor de geografía en los primeros dos años de liceo, me marcó hasta hoy.
Aprendió braille solo, sirviéndose de anotaciones y fotocopias, y no solo me transcribía todos los trabajos y corregía mis escritos, sino que también hacía mapas en relieve -perfectos, detallados, con un montón de texturas y adaptaciones- que me permitieron, a través de mis manos, descubrir los continentes y el planeta.
Otra cosa que me abrió al mundo fue el inglés, que aprendí sola mirando videos en YouTube, leyendo mucho y hablando con cualquier persona que estuviese dispuesta a conversar.
Me gradué del liceo en 2019 con una sola meta: irme a estudiar al extranjero. Quería salir de mi zona de confort y demostrarme que era capaz de hacer más cosas de las que se esperaban de mí.
Yo ya había postulado a muchas cosas -colegios con becas, programas de intercambio- y solo me encontraba con rechazos, cada uno más doloroso que el anterior.
Luego de graduarme del liceo quería estudiar en España. Pero esa aventura nunca pudo ser.
Cuando llegó la pandemia vi como el trabajo de mis padres -que de por sí era precario- desaparecía de un día para otro. Tenían un pequeño local de comidas enfocado a turistas que ya antes de la pandemia dependía de muchos factores que hacían que los ingresos fuesen variables e impredecibles.
Pero en aquel momento, todo se paró. De repente había cuentas que pagar y faltaba el dinero para ponerse al día.
Yo ya estaba trabajando para una empresa de publicidad escribiendo anuncios. Solo pagaban 2 dólares por 500 palabras, pero para mí -que nunca había tenido mucho dinero en mi vida- era una pequeña fortuna.
El primer pago tras escribir más de 100 artículos fue para pagar la luz y otras cuentas. Pero yo sabía que podía ir por más.
Recuerdo el momento exacto en que descubrí que el periodismo era mi pasión. Tenía 10 años, y con la intención de prepararme para un examen que tenía que dar al día siguiente, abrí por accidente la BBC. Y no pude cerrarla más.
Ese día pasé horas y horas leyendo, maravillándome ante las historias que parecían salir de todos lados y que me hacían pensar que el mundo era mucho más grande de lo que yo me atrevía a imaginar. De alguna forma sentí que quería contribuir a eso, aunque jamás pensé que lo haría de esta manera.
Nunca leí más en mi vida como aquellos días en los que, con 17 años, decidí que intentaría encontrar y contar esas historias yo misma.
Cuando empecé a mandar ideas sobre posibles notas a diferentes medios, mi casilla de correos era un silencio continuo. Pensé que tal vez las historias que se me ocurrían no eran lo suficientemente buenas o que yo, a la hora de contarlas, no era la persona indicada.
Pero el primer sí lo cambió todo. Y de prontó me encontré escribiendo para medios reconocidos como Business Insider, Foreign Policy o Euronews, entrevistando a políticos, economistas de renombre y oficiales de las organizaciones internacionales más importantes del mundo.
No solo estaba ayudando a mis padres y siguiendo mi pasión. Las historias que sacaba a la luz estaban, tal y como había soñado, cambiando cosas.
Nunca me voy a olvidar cuando, tras un reportaje en Business Insider, varias tiendas en línea me contactaron para hablar sobre la accesibilidad de sus páginas para personas con discapacidad.
En un momento se me ocurrió postular a universidades estadounidenses, en parte porque la cantidad de becas era mayor, y en parte porque siempre disfruté los retos.
Postulé a 20 universidades. Harvard fue, en cierto punto, una aplicación que mandé porque sabía que si no lo hacía me arrepentiría toda mi vida. Lo peor que podía pasar era recibir un no.
Cuatro meses después de enviar la postulación, la respuesta llegó. "¡Bienvenida a Harvard!" escuché en mi lector de pantallas al abrir lo que aún no terminaba de creer era la carta de aceptación.
Me había encerrado en mi cuarto para esperar el rechazo, porque aunque creía que llegaría, eso no haría que doliese menos.
Mis gritos llenaron la casa cuando salí corriendo, llorando, para darles la noticia a mis padres y a mi hermano, que esperaban expectantes. Lloré y lloramos, fácilmente por más de media hora, y el sentimiento de incredulidad aún no se ha ido.
Mi vida hoy en día se parece poco a aquel día de verano en el que pensé que todo estaba perdido. Ahora me preparo para un viaje que está cada vez más cerca y para vivir cuatro años lejos de mi familia, de mis amigos y del país que conocí toda mi vida.
Siento que tengo una responsabilidad más grande en todo lo que elijo hacer y decir.
Pasé de tener un bajo perfil a salir en todos los medios de comunicación de mi país. Mis redes sociales acumulan miles de seguidores, y el peso de darme cuenta de que mucha gente me toma como ejemplo- cuando yo me conozco como una persona con virtudes y defectos- a veces es más grande de lo que debería.
En Harvard voy a estudiar Ciencias Políticas, con una opción secundaria en derechos humanos y migraciones.
No tengo claro si me dedicaré en el futuro al periodismo, y aunque no sé qué pasará en mi vida en los próximos años, hoy también me permito soñar. No solo con las cosas que puedo lograr, que aún no me atrevo a delimitar en mi mente, sino con las que pueden cambiar en mi país y en el mundo gracias a mi historia.
Porque sigo pensando que mi historia, aunque de éxito, no debería ser una excepción. Y es mi pasión luchar por que todas las personas con discapacidad puedan tener las herramientas para luchar por sus propios sueños y contar sus propias historias.
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La Universidad Internacional Menéndez Pelayo, en colaboración con el Ministerio de Educación y Formación Profesión, ha convocado 14.000 becas para aprender inglés durante una semana en curso intensivo de inmersión lingüística.
El plazo de solicitud termina el 29 de junio de 2021.
Que incluye la beca para aprender inglés
La beca, de hasta 545,22 € cubre la asistencia a un curso intensivo en inglés de 40 horas lectivas distribuidas en cinco días en régimen de internado, con alojamiento en habitaciones compartidas y régimen de pensión completa, de domingo por la tarde a sábado por la mañana.
La ayuda incluye todos los gastos de manutención, alojamiento y enseñanza y el alumno seleccionado tiene que abonar 100 € en concepto de reserva de plaza.
Los gastos de desplazamiento hasta el lugar donde se realice el curso son por cuenta del alumno.
Los cursos, que serán exclusivamente orales y serán impartidos por profesores y auxiliares de conversación en grupos de 15 alumnos, se impartirán en dos modalidades: Agilidad Oral en Inglés General e Inglés Especializado.
Para adjudicar el nivel de inglés se hará una prueba previa de nivel por internet, y una vez adjudicada la beca, se hará otra prueba de nivel definitiva en el momento de la incorporación al curso, para confirmar el nivel asignado inicialmente.
Requisitos para poder acceder a la ayuda de inmersión en inglés
Para poder acceder a la beca hay que cumplir los siguientes requisitos:
Haber cumplido 18 años antes del 29 de junio y no haber cumplido 30 años antes del 31 de diciembre de 2021.
Haber sido becario para Enseñanzas Universitarias, Enseñanzas Artísticas Superiores, otros estudios superiores, Formación Profesional de Grado Superior o segundo curso de Bachillerato en la convocatoria general de becas del Ministerio de educación en los cursos 2018-2019 o 2019-2020.
Las ayudas se adjudicarán en orden inverso a la renta familiar per cápita del solicitante que se utilizó para la concesión de la beca general del curso 2018-2019 o 2019-2020. En el caso de solicitantes que hayan sido becarios del Ministerio de Educación y Formación Profesional en ambos cursos, se tomará la renta utilizada para la concesión de la beca del curso 2019-2020. Si los solicitantes han sido becarios del Ministerio en los dos cursos, se tomará como referencia la renta utilizada para conceder la beca del curso 2019-2020.
Tendrán preferencia los solicitantes que no haya recibido esta ayuda en los años anteriores.
Los cursos se realizarán entre el 2 de agosto y el 13 de diciembre de 2021 en las Sedes de la Universidad Menéndez Pelayo Santander, A Coruña, Cuenca, Sevilla, Valencia, Tenerife, Madrid y Barcelona, distribuyéndose las plazas según disponibilidad. Puedes ampliar información en la Resolución por la que se convocan las ayudas que puedes descargar en este enlace del Ministerio, desde el que también se puede pedir la beca.
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Si quieres estudiar algún idioma esta puede ser tu oportunidad, pues la Secretaría de Educación Pública (SEP) lanzó una convocatoria para cursos de inglés en línea en colaboración con el Instituto Latinoamericano de la Comunicación Educativa (ILCE) y con la Universidad Abierta y a Distancia de México (UnADM).
A continuación, te diremos los requisitos que necesitas y lo pasos que debes seguir para poder registrarte en la convocatoria de cursos de inglés 2021 de la SEP.
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El curso de inglés tiene una duración de 16 semanas y las inscripciones comienzan el 17 de agosto, iniciando con las clases el 30 de agosto al 19 de diciembre de 2021.
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CIUDAD DE MÉXICO.- En la actualidad hablar inglés es indispensable, porque te permite tener mejores oportunidades laborales, por ello, el Instituto Latinoamericano de la Comunicación Educativa (ILCE), en colaboración con la Universidad Abierta y a Distancia de México (UnADM) de la Secretaría de Educación Pública (SEP), lanzaron la convocatoria Sepa Inglés Online 2021.
En un comunicado la SEP detalló que la convocatoria va dirigida a estudiantes, docentes y personal administrativo y de apoyo, con la ventaja de que podrán obtener precios preferenciales.
Durante la presentación de la convocatoria Lilian Kravzov Appel, rectora de la UnADM, dijo que "aprender una segunda lengua representa beneficios sociales, ya que sensibiliza a la diversidad cultural y dispone al respeto en un contexto pluriétnico·."
Nos abre nuevas oportunidades de formación y laborales, aseveró Appel.
De igual manera, Appel Kravzov aseguró que la universidad establecerá un Centro de Lenguas Virtual, cuyo propósito será promover el aprendizaje y prácticas de lenguas indígenas y extranjeras.
Además, Enrique Calderón Alzati, director general del ILCE, puntualizó que "en el marco de la globalización, el aprendizaje de varios lenguajes genera una serie de ventajas".
Cuando se aprende a hablar un idioma, después de nuestro idioma materno, cada vez será más fácil aprender otros idiomas, dijo Alzati.
Cuáles son los requisitos
Los interesados en la convocatoria Sepa Inglés Online 2021 debrán cumplir con los siguientes requisitos:
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El curso en línea tendrá una duración de 16 semanas, del 30 de agosto al 19 de diciembre, y las inscripciones estarán abiertas hasta el 27 de agosto. En caso de que quieras inscribirte da clic aquí.