miércoles, 14 de abril de 2021

¿Es necesario excluir el inglés como lengua oficial de la UE? - El Mundo Financiero - Ingles

Recordemos también que desde finales del siglo XII y aún hoy, el lema de la familia real inglesa no es en inglés ni siquiera latín, sino francés: «Dieu et mon Droit» (Dios y mi Derecho); lo mismo ocurre con la máxima de la famosa Orden de la Jarretera, que también es francesa: «Honi Soit qui Mal y Pense» (Que la vergüenza caiga sobre aquel que piense mal de ello).

La lengua inglesa ha sido hablada durante siglos únicamente por el pueblo inglés. Era una mezcla de dialecto local y tradición. El inglés se convirtió en la lengua oficial, incluso en Inglaterra, poco a poco a partir del siglo XV, convirtiéndose primero en la lengua de los Reyes de Inglaterra, luego en la del Parlamento, antes de ser totalmente «oficializada», incluso en el derecho inglés, a partir de 1731.

El inglés se convirtió en una lengua oficial de Europa solamente en 1973

Cuando en 1958 fue creada la Comunidad Económica Europea (CEE), nombre de la Unión Europea en la época, sólo el francés y el alemán eran las lenguas oficiales, denominadas «procedimentales». El inglés fue añadido como lengua oficial a partir de 1973, año de la entrada del Reino Unido en la CEE. El español lo es desde el año 1986.

Como es sabido, el inglés se ha convertido en la lengua corriente de los intercambios comerciales no sólo en la Unión Europea sino también a nivel mundial, no tanto por el hecho de la entrada del Reino Unido en Europa, sino por la ascendente y creciente importancia de los Estados Unidos de América en la escena internacional desde la Segunda Guerra Mundial.

Aunque el Brexit no va a cambiar el predominio del inglés a nivel mundial, cabe preguntarse legítimamente si, no obstante, el inglés debe seguir siendo una de las lenguas de procedimiento en la UE.

A nivel mundial, el español es más hablado que el inglés

Con respecto a las poblaciones del globo, cabe preguntarse también qué lengua debería tener la preferencia y el peso preponderante. El chino mandarín es hablado por el mayor número -más de mil millones de personas- pero están geográficamente «confinados», casi exclusivamente en China. En América Latina (excluido Brasil), Estados Unidos y España son casi 500 millones los hispanohablantes, y el español es el idioma oficial en 21 países. El francés lo hablan unos 300 millones de personas y es el idioma oficial en 29 países.

Sin embargo, el inglés es la lengua más «difundida», oficial en 55 países, aunque las poblaciones anglófonas de Estados Unidos, Reino Unido, Australia, Nueva Zelanda y Sudáfrica suman poco más de 400 millones de habitantes. En la India, Afganistán y Nepal, la lengua hindi es hablada por algo más de 400 millones de personas.

¿Alguna lengua puede sustituirse al inglés en la UE?

Después del Brexit, ¿es necesario conservar el inglés como lengua oficial? ¿No es necesario, por el contrario, hacer hincapié en una nueva lengua para la UE? De ser así, ¿cuál sería?

La construcción y la cohesión europea se han logrado mediante el intercambio de valores comunes, la libre circulación de personas y mercancías, la liberalización de los mercados, el intercambio de cultura y el aprendizaje de lenguas comunes. ¿Por qué entonces seguir aprendiendo y favoreciendo el inglés sin Inglaterra en Europa? Es cierto, Irlanda y Malta siguen en la Unión Europea, ¿pero es suficiente para justificar que el inglés sea un idioma procedimental?

A la inversa, y suponiendo que sea posible, ¿cómo elegir otro idioma que sustituya progresivamente al inglés? Entre las casi 7.000 lenguas habladas en el planeta, ¿cuál elegir? ¿Hay que favorecer una de las lenguas europeas más que las otras? ¿Deberíamos todos aprender chino? ¿O bien hay que aprender una de las lenguas llamadas «muertas», que son el griego o el latín? ¿Deberíamos considerar renacer de sus cenizas al Esperanto, creado en los años 1880 por el ruso-polaco Zamenhof?

Es cierto que en un mundo moderno dominado cada vez más por la Inteligencia Artificial, la elección de una lengua internacional, construida y «artificial» como es el caso del Esperanto, parece en efecto una solución idónea, aunque no sería nada fácil.

El artículo 3 de la Constitución española precisa que «el castellano es la lengua española oficial del Estado. Todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla. Las demás lenguas españolas serán también oficiales en las respectivas Comunidades Autónomas de acuerdo con sus Estatutos (…)».

En Francia, la ley de 4 de agosto de 1994 impone el empleo obligatorio de la lengua francesa para mantener y proteger la primacía de la lengua de Molière sobre la más invasiva de Shakespeare. ¿Y qué opinaría Cervantes?


(©2021, Eric Gardner de Béville, consultor y miembro del Círculo Montesquieu)

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