Mientras echamos un vistazo de manera comparativa a los medalleros de los juegos olímpicos más recientes, es evidente concluir que países como China y Gran Bretaña, entre otras potencias olímpicas, hacen esfuerzos económicos inimaginables para contar con infraestructuras deportivas, entrenadores, nutriólogos, psicólogos y patrocinadores de elite para la preparación de sus atletas para alcanzar el objetivo único: competir a la par con Estados Unidos en el medallero. Australia ha desplazado a la delegación americana en algunos deportes acuáticos y Jamaica presume contar con una joya legendaria; Michael Bolt, el hombre más rápido en la prueba reina de los 100 metros planos durante tres juegos olímpicos venciendo a los representantes de la unión americana tan solo por centésimas de un segundo. Con todos los avances olímpicos de otros países, personalmente, opino que pasará mucho tiempo si alguna vez una delegación empate o rebase al poderoso equipo olímpico estadounidense. Sin embargo, en el ámbito de la economía, China ha estado avanzado con pasos agigantados de tal manera que la economía de Estados Unidos ha percibiendo en la nuca las exhalaciones de la proximidad de los avances de la economía de la potencia oriental; por lo menos le ha provocado serios dolores de cabeza al Tío Sam con la caída de la economía americana, tanto antes como durante la pandemia del Covid-19.
En gran parte por las prácticas, justas o no, de los chinos. El asunto es que, aun cuando China luciera en el medallero de oro como primer lugar por encima de Estados Unidos y Gran Bretaña, y aun cuando hubiera claras evidencias de que, en efecto, China es la nueva dominante potencia económica mundial, el instrumento de comunicación seguirá siendo (durante muchas décadas por venir) el inglés. Es difícil imaginar, por ejemplo, que el idioma para llevar a cabo los negocios entre empresarios mexicanos con hindúes, coreanos o inclusive con chinos sea el mandarín. Una razón adicional por la que sostengo lo anterior es, como es de tu conocimiento, amigo lector, porque no existe la más mínima similitud entre el alfabeto del inglés y del mandarín. Entonces, pensar en aprender mandarín (que no es imposible) para llevar a cabo los negocios con empresas trasnacionales, es una situación como decía mi abuelo, No es como enchílame otra. Mientras tanto te comparto seis expresiones en inglés de uso común…
1. A gray area =una situación de incertidumbre, no hay claridad.
2. Bring to the table = aportar algo de utilidad, contribuir para algo positivo
3. Let´s wrap it up at this point = Concluyamos con este punto o concepto
4. I´m afraid I’m gonna have to disagree (on this one) = No estoy de acuerdo en esto (de manera sutil)
5. No offense but… No es que quiera incomodarte (o contradecirte) pero… (Se usa para no estar de acurdo en algo).
6. I can assure you I can be a great asset for this company = le puedo garantizar que puedo ser de gran utilidad para la empresa (generalmente usada en entrevistas de trabajo)
Doy clases de inglés en Zoom. Cel y whatsapp 442-11-22-866
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