Una de las personas más respetadas en los Raptors, una franquicia joven que en pocos años ya ha conseguido su primer título de la NBA (2019), es José Manuel Calderón. El base de Villanueva de la Serena hizo las Américas hace ya dos décadas en el único equipo que no es de Estados Unidos en esta competición. El ambiente internacional que se respiraba allí, donde en una etapa le acompañó Jorge Garbajosa, le ayudó en la adaptación. Calde rozó el All-Star en una ocasión y tiene varias marcas en los Raptors, aunque en realidad es querido por la enorme profesionalidad, respeto y ansias de coralidad con la que desarrolló la profesión cuando estaba en activo. Ahora, como asistente de Michele Roberts en la Asociación de Jugadores, lo ve todo con perspectiva y disfruta de lo que vivió en aquella etapa.
Calderón llegó a la NBA en 2005 y se mantuvo hasta 2019, cuando colgó las zapatillas. El periodo más largo lo pasó en los Raptors, el equipo que confió en él para la Liga. Con los canadienses estuvo ocho años. Es toda una institución a la que se venera a niveles parecidos de jugadores con más impacto deportivo, como Bosh o DeRozan.
En una entrevista en el podcast Dishes & Dimes el jugador español, uno de los mejores de la vasta historia baloncestística del país, repasó las mejores anécdotas de su tiempo en Toronto.
Su llegada y los enormes problemas con el inglés: "El mayor problema para mí era el idioma. Era imposible. Fue muy difícil. Jugaba en Europa, teníamos algunos jugadores estadounidenses y yo daba clases de inglés, por lo que pensé que todo iría bien. Hasta que llegué a Toronto. Un día llegué a casa después de un entrenamiento de pretemporada y mi mujer me preguntó: '¿No estás cansado?'. Le dije: 'No, pero me duele la cabeza. El baloncesto lo llevo bien, puedo correr todo lo que me pidan, pero también tengo que pensar en lo que están diciendo'. Tenía que traducir y que pensar en lo que querían decir, así que tenía muchas cosas encima y fue muy complicado para mí. Y más aún por mi posición. Soy el base, el director de juego, y había ocasiones en las que pedía una jugada en medio campo, miraba a mi alrededor y ninguno de mis compañeros se movía. No tenían ni idea de lo que les estaba diciendo. Entonces el entrenador, Sam Mitchell, cambió todas las órdenes a señales. 'José no tendrá que hablar'. Aquello fue duro y di más clases. Incluso recuerdo reírme en el vestuario sin saber si se reían de mí o simplemente se reían de otra cosa, no tenía ni idea. Había demasiados acentos, todos hablaban muy rápido y no podía con ello. Los primeros meses fueron un dolor de cabeza".
Las dudas de su hijo al ver las pasiones que levanta en los Raptors: "Estaba en Toronto con mi familia para ver el séptimo partido contra los 76ers, el del día que Kawhi Leonard hizo ese tiro tan increíble. Me senté en la primera fila con mi hijo. Habíamos pasado un par de días allí. Así que terminamos yendo al pabellón, fuimos con tiempo, conocíamos a mucha gente allí de la organización de los Raptors, nos sentamos y me seguían pidiendo fotos. Pero, incluso antes de eso, me pararon muchas veces. Caminábamos por Toronto y la gente pedía fotos y autógrafos y siempre decía lo mismo: 'Gracias, José'. Es respetuoso, a mí me encanta. Hablo con la gente. Pero en la primera fila mi hijo, el mayor, sólo observaba y no decía nada en absoluto. Pusieron incluso un vídeo de homenaje en la pantalla grande. Así que, después del vídeo, mi hijo me dice: 'A ver, papá. ¿Por qué te piden más fotos aquí que en Detroit o en Cleveland? ¿Eras tan bueno? ¿Aquí eras como LeBron James o Stephen Curry? Hay algo que me he perdido. ¿Qué pasó cuando estabas aquí?'. No me vio jugar mucho en mi carrera. Le dije que es porque él me vio ya como veterano y en un rol diferente, sin jugar tanto. Pero no podía calibrar lo importante que era en Toronto o lo bueno que había sido allí. LeBron o Curry. Me gustó la comparación. Luego le dije que no era como LeBron James. 'Estoy unos pasos por detrás', le dije, sólo unos pasos. Ahora ya lo ve todo, conoce los nombres y lo entiende".
El día que se equivocó de vestuario por la rutina: "¿Hablamos de cuando me fui en la dirección equivocada cuando jugaba con Detroit en Toronto? Sí, me fui al vestuario de los Raptors. ¡Fue automático! Sabía que estaba jugando para los Pistons, ¿OK? Estaba hablando con la gente de la franquicia, saludando, y simplemente entré por error. Estaba tan acostumbrado que no me di cuenta".
La competencia que se encontró con Jack, Ford y lo que presionaba la prensa: "Tuve una gran relación con todos mis compañeros. Eran mis amigos. Siempre he sido honesto. Podemos competir entre todos y seguir siendo amigos. Si juego más o menos, no significa que no pueda ser tu amigo. No es mi decisión, no soy el entrenador. Tú y yo queremos hacerlo bien y todos estamos tratando de mejorar a nuestros compañeros de equipo, que para eso somos los bases. Así es como trabajo y por eso ahora tengo una gran relación con todos ellos. Desde fuera, al principio, me decían: 'Deberías jugar más'.. No fue un problema para mí en absoluto y por eso tuve la sensación de ser respetado por mis compañeros y por los rivales".
La famosa celebración de Marc Gasol cuando la franquicia ganó su primer título: "Tengo que reconorse que ya conocía a ese Marc. Habíamos ganado juntos. Nos llevamos el campeonato del mundo y el europeo con España. Pero incluso cuando celebrábamos una medalla de plata, como cuando perdimos ante Estados Unidos en los Juegos Olímpicos. Yo a ese Marc lo conocía, así que no fue una sorpresa para mí. Incluso e dije: 'Podrías haberlo hecho mejor'. Pero estuvo genial".
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